Cuento motor



LAS HORMIGAS TRABAJADORAS

Había una vez una familia de hormiguitas, todas vivían juntas en una colonia bajo tierra, dormían todas apretaditas porque allí no había sitio suficiente, por eso cada vez que salían a la superficie necesitaban estirar:

  • Sus piernecitas


  • Sus cuellos
  • Sus caderas
  •  Y sobre todo, sobre todo… sus manos y sus brazos porque se pasaban el día trabajando con ellos
Todos los días dividían la colonia en dos grupos para ir a trabajar y recolectar comida para el invierno. Para conseguir la comida que necesitaban, debían pasar algunas pruebas en las que debían ayudarse unos a otros, esforzarse y pensar muy bien cuáles eran sus decisiones.

A primera hora de la mañana salieron a trabajar, pero antes de ponerse en marcha cada grupo debía sentarse a reflexionar algunas cosas que les ayudarían a confiar entre ellos para que la búsqueda de comida fuera más productiva.
Solo podemos recibir la pelota una vez

PASA LA PELOTA…
1. A la hormiguita que más te haya ayudado este curso
2. A la hormiguita que más te haya hecho reír este año
3. A una hormiguita que aprecies
4. A una hormiguita te parezca gracioso
5. A una hormiguita sensible
6. A la hormiguita tengas a tu derecha
7. A una hormiguita alegre
8. A una hormiguita optimista
9. A la hormiguita que esté a tu izquierda
10. A una hormiguita en que confíes
11. A la hormiguita que tengas enfrente
12. A una hormiguita a la que darías un abrazo
13. A una hormiguita que te parezca divertida
14. A una hormiguita que se haya esforzado este año
15. A una hormiguita que no haya recibido la pelota aún

Cuando terminaron de hablar, todas las hormiguitas se levantaron para ponerse en marcha en la búsqueda de comida. Caminaron y caminaron… y continuaron caminando… hasta que por fin vieron debajo de un árbol una montaña de bellotas, pero cuando se acercaron a ellas vieron que solamente eran las cáscaras y que no podían utilizarlas. Las hormigas como eran muy buenas y les gustaba cuidar del medio ambiente quisieron tirar las cáscaras a la basura, pero la hormiguita más lista dijo:

-          Antes de lanzar cada cáscara a la basura, debéis responderme a una pregunta, porque quiero saber si las hormiguitas que viven en mi colonia son buenas o son malas. Debéis responder si está bien o está mal y lanzar la cáscara de bellota a la papelera correspondiente:

1. Si una hormiguita te pide ayuda y no se la das…
2. Si ves a una hormiguita llorando y vas a preguntarle qué le pasa…
3. Si te encuentras un trozo de comida que pertenece a todo el grupo y te lo comes tú solo…
4. Si te enfadas con otra hormiguita y le pegas…
5. Si tu madre hormiga te dice algo y no la obedeces…
6. Si ves como una hormiguita se ha caído y no haces caso…
7. Si tenemos deberes y no los hacemos…
8. Si comemos en el bosque y no recogemos la basura
9. Si mantienes tu habitación ordenada y limpia
10. Si respetas y ayudas a las hormigas más mayores
11. Si no compartes tus juguetes
12. Insultar a nuestras amigas hormigas
13. Ayudar a recoger la mesa a mama hormiga
14. Jugar en el parque después de hacer los deberes.
15. Pedir las cosas por favor 

Después de limpiar el bosque tirando las cáscaras a la basura, las hormiguitas siguieron caminando y caminando… y otra vez caminando… hasta que allá a lo lejos vieron una montaña de jugosas moras rojas. ¡Corrieron todas hasta llegar junta a las moras! Cuando todas se felicitaban y celebraban el encuentro una hormiguita muy buena dijo:

-          Hermanas hormigas, hemos tenido la suerte de encontrar estas moras, pero recordad que todos en la Creación somos iguales y también los pajaritos hambrientos que hay sobre este árbol son hijos de Dios, vamos a lanzar moras hacia arriba para compartir con nuestros iguales y ayudarles.


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